¿Te gusta escuchar música? ¿Cómo te sientes al escucharla? La música es una parte muy importante en nuestra vida, modifica nuestro estado de ánimo y muchas veces nos acompaña mientras caminamos, manejamos, cocinamos, dormimos, estudiamos, y sí, incluso mientras meditamos.
Existen diferentes maneras de practicar la meditación y meditar con música de fondo también es útil para algunas personas. La parte importante a considerar al escuchar música mientras meditas es asegurarte de que la música no se interponga en tu práctica. Es por eso que la música instrumental y los tonos suaves y relajantes pueden funcionar mejor. A veces, la música también sirve para ayudarte a concentrarte mejor o puede actuar como un motivador, impulsándote a continuar con tu práctica.
Debajo encontrarás una lista con algunos tipos de música que puedes escuchar mientras meditas:
Los tonos binaurales tienen frecuencias diferentes para cada oído, lo que hace que el cerebro se adapte gradualmente a esas diferencias. Los ritmos binaurales son particularmente efectivos cuando se escuchan con audífonos.
Los sonidos monoaurales, por otro lado, tienen la misma frecuencia en ambos oídos enviada simultáneamente. Como sugieren estudios realizados al respecto, el cerebro se adapta a la frecuencia de los tonos auditivos. Esta estimulación auditiva también puede ayudar a reducir los niveles de ansiedad y modificar el estado de ánimo. De este modo, si estás buscando un aliciente adicional en tu práctica de meditación, puedes intentar escuchar estos sonidos como fondo musical dentro de tu práctica de meditación.
Los sonidos ambientales se refieren a los sonidos que provienen de la naturaleza, como la lluvia, el viento, los sonidos del bosque, o el canto de los grillos, e incluso, el barullo dentro de una cafetería. Los sonidos de la naturaleza te ayudarán a relajarte y a crear una atmósfera en la que puedas practicar con una mejor concentración.
La música instrumental puede incluir el sonido de una guitarra, violín, arpa, flauta y muchos instrumentos más. La música relajante genera una sensación de tranquilidad y te lleva al momento presente. Puedes probar diferentes tipos de música instrumental y ver cuál funciona mejor para ti durante tu práctica.
Todos los días atravesamos por diferentes etapas emocionales y nuestros estados de ánimo tienen un propósito. A menudo nos comunicamos y entendemos nuestra realidad a través de las emociones, actuando conforme a la información que nos transmiten en la vida diaria. El estrés, por otro lado, es una emoción muy común que todos experimentamos durante diferentes etapas de la vida. Estar atrapado en el tráfico, tener un examen en puerta, tener problemas laborales u otros asuntos personales pueden provocar estrés en nosotros.
Considerando el lado positivo de todo esto, experimentar estrés, en realidad, tiene una función importante en nuestro organismo. Impulsa a nuestro sistema a actuar de manera diferente al estado actual para modificarlo cuando lo considera necesario. Sin embargo, si el estrés se produce durante prolongados períodos de tiempo, puede tener efectos nocivos en nuestra salud y nuestro bienestar.
Aunque deshacerse de los factores estresantes en la vida no suele ser una tarea sencilla, hay formas en las que podemos reducir sus efectos. Escuchar música es uno de esos métodos.
La música tiene efectos positivos, tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente. Se ha demostrado que escuchar música reduce el estrés y nos ayuda a relajarnos cuando nos sentimos ansiosos. Ayuda a disminuir la excitación fisiológica con la reducción de los niveles de cortisol y la disminución de la presión arterial. Puede incluso, aminorar la activación de la amígdala, que es la región del cerebro responsable de los estados emocionales relacionados con el estrés.
Frecuentemente, se recomienda música con un tempo muy lento para ayudar a aliviar el estrés, pero puedes probar diferentes tipos de música para ver cuál funciona mejor para ti. Ya sean sonidos ambientales de la naturaleza, música instrumental o música clásica, el aspecto más importante aquí es que realmente te guste y la disfrutes. Por lo tanto, antes de ponerte los audífonos y cerrar los ojos, primero intenta identificar los tonos y sonidos que te ayuden a regular tu estado de ánimo.
La música tiene el poder de transferir emociones. Pasamos mucho tiempo escuchando música y hay ciertas melodías que tienen un efecto increíble en nosotros. ¿Sientes escalofríos cuando escuchas música que te gusta o te conmueve? Estas sensaciones son respuestas emocionales a la música. Si lo que escuchamos es algo alegre, puede afectar nuestro estado de ánimo de manera positiva. La razón de esto es que la música activa las partes de nuestro cerebro que involucran las sensaciones y emociones positivas. En respuesta, nuestro cerebro libera la hormona denominada dopamina, lo que inmediatamente cambia nuestro estado de ánimo.
La música también juega un papel dentro de la autorregulación. Escuchar música ayuda a modificar nuestro estado de ánimo y refleja nuestras emociones. Por lo general, solemos escuchar música que esté en sintonía con nuestro estado emocional. Es por ello que dependiendo de nuestro estado de ánimo, podemos encontrarnos escuchando música triste, música que nos hace querer bailar o música que nos relaja. La música tiene este efecto en nosotros porque altera la actividad en el cerebro que involucra el procesamiento emocional.